Sunday, December 13, 2009

A todos por igual/NADA QUE DECIR


Bien que confiscaran tierras a los Marinkovic para
revertirlas a sus dueños originales. Pero esa política no
tiene que ser discriminativa, apuntada sólo a los enemigos
del régimen. Hay mucha tierra, y propiedades, en manos de
gente que se adueñó de ella por métodos ilícitos, sobre todo
durante los gobiernos militares.
Es tiempo de que se revisen -con lista- las pertenencias de
los miembros de las fuerzas armadas, de capitán arriba,
comenzando con los golpistas de 1964. Cuando se encuentre
que los susodichos, culpables mientras no muestren su
inocencia, disponen de valores ajenos a su salario o
posición, deberá arrebatárseles todo lo que parezca ilegal,
conseguido gracias a favores del eterno gorilaje. Tierras
que si no se dispone de grupos étnicos que las reclamen para
sí, tienen que volver al Estado. Haciendo esto la
administración Morales en su segundo mandato demostrará que
en verdad hay empeño de transformación en este campo al
menos.
Movida tal pondría a los revolucionarios de turno en contra
de sus armados amigos serviles. Pero ley y justicia
debieran estar por encima de cualquier coqueteo
correligionario, o dependencia económica como en el caso, y
segar las crestas caiga quien caiga. Finalmente
revolucionar es depurar ¿no?, e incluso purgar como le
gustaría a Linera. Un momento pervive de la revolución
irania y es cuando se descabeza al ejército del shah, se
esfuma por la fuerza un grupo de generales que -igual que en
Bolivia- gozó de privilegios inmerecidos. A formar entonces
señores, porque llegó el tiempo de revisarles los bolsillos
(sueño... divago).
Preservar las tierras de origen tiene que ser prioridad de
éste y cualquier futuro gobierno. Entre las prácticas
drásticas que se debe emplear en el asunto hay que incluir
la prohibición total del extendido de cocales en ellas,
hasta el punto de declarar castigo de muerte en el caso de
avanzadillas cocaleras en tierras aborígenes y parques
nacionales. Juicio sumario y paredón, así de simple, mal
les pese a las federaciones y al cocani mayor.
Si lo de Marinkovic inicia una justa campaña de reversión de
tierras a sus dueños originales, bienvenida. Ahora les toca
a civiles y en especial a militares que enriquecieron con
Barrientos, Bánzer, García Meza y el resto de los heladeros
que conforman la vasta galería nacional de golpistas y
torturadores. Muchos ya murieron y tarde es para cobrarles
sus largas deudas (Selich, Zenteno Anaya, Vargas Salinas,
Ovando más etcéteras cuya única notabilidad fue ser ladrones
y asesinos, amén de presidentes de Bolivia, ministros, jefes
de Estado Mayor..., menos trabajadores honestos y hombres de
bien).
Un pedido especial: que retiren cualquier discurso
frailesco como el que largó el viceministro Almaraz ayer,
ése de "queridos hermanos", hablando al pueblo guarayo, que
de curas y botudos tuvimos ya bastante (no oculto mi
predisposición a inculcar a estos dos grupos de parásitos el
amor por el trabajo, a ver si con pico y pala de algo
sirven, que nunca sirvieron).
Preocupa saber que a pesar de esta dinámica agraria, gente
hoy en el poder se va llenando los bolsillos y adjudicándose
tierras que no les pertenecen. ¿Son bonos de lealtad del
gobierno? Que no se diga una cosa, se la haga, a la vez que
a escondidas se calca el pasado y se funda una nueva
oligarquía, como los "pobres" amigos de Hugo Chávez que de
improviso son jerarcas bancarios de insólita riqueza.
12/12/09

Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 13/12/09
en Correo del Sur, Sucre, 14/12/09
en Diario Nuevo Sur, Tarija, 13/12/09

Imagen: Indígenas del Pilcomayo, 1906

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