Tuesday, April 6, 2010

Aburrimiento/MIRANDO DE ARRIBA


La lógica apuntaría a escribir un texto sobre las elecciones en Bolivia. Pero la retahíla de ambigüedades, y sobre todo de sucesos rimbombantes, me aleja de comentar la importancia que tenga un mal folklorista como alcalde, o el trabajo de zapa utilizado en Pando para dar visos de normalidad a anómalos acontecimientos de un anómalo país.
No es que Bolivia sea en exceso distinta a regiones como Haití o Afganistán, donde la cronología del tiempo parece no prestar atención a si se desarrolla hacia el futuro o hacia atrás; es que Bolivia es donde nacimos, y tierra además tan nuestra en tal vez un infinito mestizaje y difusos rastros como lo sea de Cocarico o Shiriqui. Entonces nos preocupa, aunque si recorro las cinco décadas de via recuerdo un país por siempre igual, siempre injusto, siempre pobre y limosnero, incluso con la fantasmagoría del narcotráfico que inventa bonanza inexistente.
Por instantes se intuyó la palabra "cambio" como luna brillante que pendía de la oscuridad del cielo boliviano. Ese mirage, espejismo, pasó para dar lugar a la obsoleta razón de ser lo que somos: nadie y nada, a un entrevero de delitos e ínfulas de poder, a prebendas, a pegas, a parientes y amigos en posiciones de robo, a expoliar con ganas lo que dejaron derecha e izquierda, a desechar los logros del estudio y la investigación, a primar lambisconería y ritualismo por sobre eficiencia y decencia. Así para qué escribir. La inercia da espaio a la desidia, al aburrimiento, a pensar que cada país tiene lo que merece, y que mejor que Morales y su jauría no puede haber para Bolivia, porque no sólo es su mayor sino su mejor representación.
Ni ponerse a ilusionar. Para qué cuestionar o planear acerca de un futuro que allí se maneja con propia dinámica: ilógica, primitiva, irracional. En este suelo no vale la pena tirar los dados, porque tierra que se mueve vuelca el azar de los números. Dejemos a la sanción de la historia desarmar las naciones que balbucean; para qué perder el tiempo -no por oro, pero sí conocimiento- con papeles multicolores que nada implican, y ocuparnos de asuntos que atañen a la globalidad de la supervivencia del orbe. Los curacas caerán por su peso, ungidos de su abismal ignorancia y de impericia para crecer con el mundo. Que sus mantos son de grama y los tronos de arenilla. Y su discurso no existe porque carece de la estructura del lenguaje y el sostén del pensamiento. Son como cabritos que balan porque tienen que balar.
5/4/10

Publicado en Opinión (Cochabamba), 6/4/2010
Publicado en El Nacional (Tarija), 9/4/2010

Imagen: La corte de Satán

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