Thursday, July 1, 2010

Del Estado/MIRANDO DE ARRIBA


Tanto se ha hablado, de Lenin a Malatesta, del Estado, el anti-Estado, el no Estado, que ya toda la teoría política pareciera, o debiera, haberse agotado. Pero el mundo es dinámico y lo que creyeron los griegos ser todo resultó ínfima parte de las posibilidades del mundo. Más ahora cuando a la par de desarrollos tecnológicos casi inconcebibles, el hombre se vuelca hacia el pasado, en una regresión que en su momento tuvo visos de creatividad superviviente y que de pronto se convirtió en la antesala de la oscuridad absoluta (hablo de los fundamentalismos que nos acechan).
Ni Marx ni ningún otro imaginaban lo que sobrevendría. Como a Cristo, en su nombre, se acuñan inverosímiles y tendenciosas ramas de la economía y la política, que poco o nada emulan de su supuesto creador. Recién nacido, con unas décadas en vida, el marxismo sucumbió ante la patota soviética de burócratas y segundones. La revolución devoró a sus hijos y creó espúreos, putativos, bastardos, naturales; allí nacieron los Stalin, los Mao, los Pol Pot, el “presidente” Gonzalo, hasta Noriega, Chávez y cabildo de alimañas, arribistas, putos y prostitutos. Es lógico, hasta natural, porque tratamos con seres vivos, pensantes al menos a momentos, cambiantes y volubles. Creo que a la derecha le fue mejor, que la consecuencia y la lealtad a sus preceptos es mayor, quizá porque justamente su teorización es feble y fuerte su arraigo. Pero, incluso allí, ya partimos de una premisa errada, porque la izquierda de hoy más parece derecha dorada de amagamientos y dribleos. Lula da Silva logró, en términos contantes, lo que ningún opositor hizo antes, menos la mesnada militar que del rebuzno y el crimen jamás pasa; Lula es el perfecto capitalista, animoso en reformas sociales pero con un férreo camino de lucro y poder. Lula en la izquierda, preguntaríamos. No puede ser. No si se abraza con el exterminador de izquierdistas, el sietemesino Ahmadinejad, célibe como es característica ahora de los amos –letrados o iletrados- de las pobres naciones que son las más.
Hay actores en la época actual cuya importancia era nula en el pasado. El narcotráfico como pieza clave del entendimiento de las nuevas relaciones, por citar un ejemplo. Lo que ocurre en Uncía, o en los alrededores de Uncía donde se vive en la edad de piedra mientras los cavernarios manejan ipods (paradojas) es muestra de novísimos primeros planos que merecen completo y sofisticado estudio al borde o fuera de las doctrinas conocidas. Dos situaciones en apariencia contradictorias como la vida indigenal y el contrabando y otros –actividades delictivas- semejan enfrentarse a un enemigo común, sin notar que en esta tenue y efímera amistad habrá un gran perdedor que serán las comunidades nativas. La base social en que se distribuye ganancias de ese tipo es muy amplia y extensa en apariencia. Hoy, porque mañana cuando las mafias del narcotráfico acumulen todo para sí, las comunidades pasarán de productor a empleado, de negociante a esclavo, y la herencia antigua de las culturas habrá desaparecido para siempre.
Hablar del Estado ya no remonta a los teóricos de ayer. Y tal vez no valga la pena ya referirse a ellos. Habrá que reinventarlo, el sujeto y sus conceptos, otra vez.
30/5/2010

Publicado en Opinión (Cochabamba), 1/6/2010

Imagen: Diablada

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