Saturday, July 24, 2010

Hermano/LA VUELTA AL MUNDO EN 80 FILMES


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Alexei Balabanov/Rusia, 1997

Glasnost, Perestroika, Gorbachev, nombres que se hicieron célebres en el proceso de caída del imperio soviético. ¿Qué vendría después?

Con colores que recuerdan la fílmica de Sujorov, el director Alexander Balabanov presenta un descarnado panorama de la Rusia post-soviética en las heladas y casi vacías calles de San Petersburgo, a ratos todavía llamada Leningrado.

El protagonista: un apuesto joven de origen rural que ha sido desmovilizado del ejército, donde dice haber servido en el "Estado Mayor", de escribano, profesión que los 96 minutos del filme desmitificarán, denotándolo como un perfecto asesino a sueldo, de sofisticado entrenamiento militar.

La diferencia del filme de Balabanov con respecto a películas similares, tipo B, de los Estados Unidos sobre todo, es cierta calidad intelectual, la gracia con que se manejan las cámaras en intención de darle estatura de arte, alejarse del exclusivo hecho de cacería y muerte y humanizar a sus personajes, incluyendo el matador, que fuera de su despiadada labor es un joven normal inmerso en el nuevo mundo que despierta en Rusia: capitalismo, Rock & Roll, drogas.

Si pensamos en "Taxi Driver", de Scorcese, recordamos la obsesividad del personaje, la preparación de la fiesta de sangre, asunto ajeno en "Hermano", con intervalos similares -pero espaciados- donde Daniel (interpretado por Sergei Bodrov) demuestra su habilidad alistando sus instrumentos de muerte. A diferencia del taxista nuyorquino , Daniel es un individuo ávido por contacto social, entusiasmado por la música de "Nautilus" -rockeros locales- ansioso por entablar algún tipo de relación con las muchachas y de actuar como "vigilante" en situaciones que considera injustas.

"Hermano" es una película de gansters con su necesaria dosis de acción y entretenimiento. Sin embargo añade a su argumento, que fue éxito de taquilla en Rusia, la pesadez del ambiente -del alma- ruso. La ambientación es perfecta. Pocas veces se ha visto San Petersburgo ante una lente tan lacónica y desgarrada; recuerda los relatos de ciencia-ficción de un mundo de post-guerra atómica. Rusia, en la época, sin duda daba la impresión de estar saliendo de un abismo para entrar en otro. La forzada disciplina del estalinismo y sus secuelas da lugar a una algarabía desenfrenada donde el hombre es el lobo del hombre. Ya perecido el sostén del país, una ola de nihilismo se apodera de su gente, mientras la geografía, ayudada por el tenaz invierno del norte y la miseria, perfilan un lugar de desasosiego, falto de esperanza. El dinero que se puede lograr, con el crimen o como fuere, apenas tiene la consistencia del papel, se evapora, es efímero, pasa de mano a mano. Los que creen dominar sobre este caos producto del embate de dos épocas históricas, no pueden asegurar sus vidas ni con el número de los dedos de las manos.

La pauta filosófica, la de la persistencia del ser humano, la posibilidad entrevista de un futuro, la da paradójicamente un mendigo alemán, que se amiga con el protagonista y establece un intercambio de favores producto de la amistad y no del oro. En sus reuniones nocturnas en un quiosco de un cementerio, con otros desharrapados, el vodka corre de boca en boca y semeja el último refugio del hombre en un mundo que se desvanece. ¿El amor? Aunque al principio no pareciera, es como el dinero, insustancial, temporal, prescindible.
28/02//08

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Publicado en Lecturas (Los Tiempos), febrero 2008

Imagen: Afiche ruso del filme

1 comment:

  1. Me gustaría verla, no creo posible encontrar una copia en estos lados..paciencia

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