Tuesday, November 16, 2010

La Patria Grande/MIRANDO DE ARRIBA


El encuentro de pueblos en Sucre sería un momento histórico de importancia si no estuviese cargado con la idolatría, no la ideología, de un peligroso retorno al pasado, un pasado por demás nebuloso, plagado de falacias y de invenciones.
Por supuesto que el indígena de Bolivia tiene derecho a su tierra, como lo tenemos todos, mas lo que se quiere levantar es un pedestal para endiosar a un megalómano menor (por sus alcances), pero megalómano al fin: Evo Morales.
En una entrevista a una periodista de izquierda norteamericana, en su visita de no hace mucho, el señor Morales no hablaba de revolución, ni de su pueblo oprimido, hablaba de él, que él esto y él lo otro, que mientras los de su partido querían que robara los remanentes financieros de la campaña, él decidió devolverlos al estado. Y prosiguió con su retahíla de primera persona haciendo referencia de vez en cuando al "compañero", "comandante", Hugo Chávez. El único comandante fue Ernesto Guevara, no Fidel, Hugo o Evo, y de aquella memoria se quieren aprovechar, olvidando el doloroso papel que jugara el campesinado en la entrega del inútil mártir.
Por supuesto que mi voz será acusada de reaccionaria y pequeño burguesa; es común cuando suceden hechos semejantes. Pero, y con ánimo de equivocarme, el tiempo mostrará la realidad de esta nueva faceta del fascismo.
En el encuentro mencionan que hay que deshacerse de los militares norteamericanos en Latinoamérica. Estoy de completo acuerdo pero hay que deshacerse también de los locales y ponerlos en tareas productivas, no como desea Morales reinstaurarles un poder que habían perdido para iniciar, así se propongan las circunstancias, otra andanada de golpes y traición. Y Hugo Chávez es un militar, golpista encima, con ánimos de ocupar el inocupable sitio de Simón Bolívar.
El triunfo de la firma de las multinacionales petroleras y de la posibilidad de mayor dinero para el país, no debe tomarse con ánimo leve. Es un proceso importante pero bien se puede revertir. Y hay que considerar, además, la corrupción y la fortuna que ello acarreará a los nuevos ricos masistas. Recuérdenlo.
No cabe en mi mente, que nada tiene de ortodoxa, el énfasis en rituales mestizos de k'oas y milludas. Si se habla de revolución no son los ancestros del Ande los que la deciden o la moldean: es el trabajo. Y, para horror del señor Choquehuanca, se tiene que enfatizar la lectura, la creación de centros de estudio, de bibliotecas, concretas o virtuales, porque sólo en la diversidad de fuentes habrá comprensión plena.
Y dejémonos de mitos, drama nacional, de creer que Bolivia es el centro del universo y Evo Morales el nuevo mesías. Hay que sopesar el riesgo que significa que el individuo gobernante se escude detrás de armas extranjeras -Venezuela- para obligar un consenso y eliminar la libre opinión.
29/10/06

Publicado en Opinión (Cochabamba), octubre 2006

Imagen: Darth Vader

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