Wednesday, January 5, 2011

La reunión de Mar del Plata/MIRANDO DE ARRIBA


El ministro mexicano Luis Ernesto Derbez critica en televisión el fracaso de la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata en cuanto al tratado de libre comercio. Reitera la necesidad "de todos" de tratado tal con los Estados Unidos, al mismo tiempo que intenta decir que Lula, presidente de Brasil, se echa atrás de su posición en Argentina en la reunión que tuvo con Bush en Brasilia. Eso es tergiversación. El interés de Lula se centra en que los Estados Unidos levanten los subsidios agrícolas como primer paso hacia cualquier acuerdo, sin arriesgar con ello la existencia del Mercosur. Derbez continúa en contra de Hugo Chàvez, mientras Fox lo hace en contra de Diego Maradona, protestantes ambos en multitudinarias manifestaciones recientes. Ni Chàvez es el tonto demagogo que Derbez indica, ni Maradona, por el hecho de haber sido futbolista, está vedado de participar como cualquier ciudadano en actividades políticas. Al contrario, el presidente mexicano pareció no estar a la altura de su cargo cuando para ejemplificar su apoyo tanto al ALCA como al Mercosur usó ciertas metàforas de tipo sexual no muy felices. Creo que Maradona lo haría mejor.
No extraña que en este tiempo de desastre los Estados Unidos vuelquen sus ojos a los que debieran ser sus aliados naturales. Los fracasos de Irak, Afganistàn, una economía en decadencia, una mayor polarización en los frentes políticos del país, minando la mentada solidez de la democracia norteamericana, han obligado esta movida. Está además la presencia del peligro chino que ya se convierte en el principal socio comercial de América Latina, relegando aún más las aspiraciones norteñas de una hegemonía ya perdida.
México, dentro de la ambigua posición que ha tenido este gobierno respecto a su vecino, se inclina a tomar partido por él esta vez, tal vez sintiendo el desaire que George Bush le hizo eludiendo una cita conjunta.
La tradicional manera de negociar de los Estados Unidos con los países de Iberoamérica ha sido unilateral. Ya no son épocas de tomar y entregar minucias a cambio. La historia avanza por doquier mientras retrocede en Washington. Es tiempo quizá de que de una vez por todas acepten el sistema métrico decimal trasladado a cada ámbito vital, incluido el político. El permanecer como la niña linda del universo, la niña única, se ha hecho obsoleto. Basta de fariseísmo que el tiempo vuela. Si Hitler no tuvo su imperio de mil años, tampoco Bush lo tendrá.
7/11/05

Publicado en Opinión (Cochabamba), noviembre 2005

Imagen: Silueta de Obama ante una bandera norteamericana

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