Tuesday, January 11, 2011

Zozobra republicana/MIRANDO DE ARRIBA


Esta semana se realizan elecciones para representantes y senadores en los Estados Unidos. Después de 12 años de absoluto dominio de ambas cámaras, los republicanos ven peligrar su supremacía. El fracaso de la aventura iraquí es uno de los aspectos fundamentales de la posible derrota del partido de George Bush.

Irak sí es derrota para el país pero es fuente de ingresos multimillonarios para una élite, ligada al gobierno, que ve aumentadas sus ganancias de manera abismal con el conflicto. Ya lo decía Remarque, que la guerra era invento de los capitalistas para enriquecerse. Nunca tal aseveración fue más clara que hoy. El público, que no es el beneficiario de tales riquezas sino, por el contrario, el que contribuye con trabajo e impuestos para el gasto público -incluido aquél-, se cansó de una gangrena político-militar que semeja no tener fin. Y no lo tendrá, mientras la idea sea controlar el petróleo en Mesopotamia, y cuestiones en apariencia más triviales como vender agua y comida a las tropas, asunto que deja réditos increíbles. Que lo diga Richard Cheney... que aparte de petrolero es hábil comerciante.

Habituados a ganar, por supuesto que no quieren perder. Al desastre mesopotámico se añaden escándalos continuos de prominentes miembros del partido, o de secuaces suyos. El diputado Foley, escondido pedófilo y pederasta, furibundo defensor de los "valores" de la familia y enemigo declarado de la homosexualidad, es desenmascarado; un pastor protestante de Colorado Springs, derechista contumaz, también se revela a la opinión pública en su hipócrita doblez.

Los elementos que utiliza el Partido Republicano para reducir sus posibilidades de pérdida son simples pero efectivos en una sociedad de ignorantes: baja del precio de la gasolina, alza de la Bolsa de valores, infundir pánico acerca del terrorismo, hacer condenar a muerte a Saddam Hussein justo dos días antes de la elección. Movidas exitosas sin duda ¿pero cuánto?

Los recuerdos de Madrid y Londres, en momentos de riesgo para la administración Bush, sugieren que aún queda una carta por jugar, la más dramática pero también la más efectiva, aquella que empujaría a la ramplona masa ciudadana del país a volcarse en las urnas dando un nuevo espaldarazo al fascismo local: la de un autofabricado atentado terrorista. Si eso sucede, y ojalá sea sólo mala suposición mía, Estados Unidos habrá confirmado su sentencia de muerte. George Bush todavía puede tener su incendio del Reichtag
6/11/06

Publicado por Opinión (Cochabamba), noviembre 2006

Imagen: Black Spiderman

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