Friday, February 11, 2011

Elección 2004/MIRANDO DE ARRIBA


Hoy martes 2 de noviembre se realizan las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, cerrando una campaña donde más que discutirse políticas o detallarlas, los candidatos se enfrascaron en una guerra sucia de palabras al mejor estilo del Tercer Mundo. Ya el 2000 se vieron las grandes falencias de un sistema electoral que data del siglo XVIII, y que paralelamente intenta utilizar los más modernos recursos tecnológicos para agilizar el proceso. El estado de Florida, donde gobierna el hermano del presidente Bush, montó un fraude electoral burdo que sin embargo le dio como resultado la presidencia. Otra vez parece que las cosas se dirimirán allí, aunque ahora Ohio, Pennsylvania y Wisconsin se adhieren a este "privilegiado" puesto donde la campaña se ha tornado particularmente movida.
Algunos jueces federales en Ohio han prohibido el acceso a los lugares de votación de "voluntarios" de los partidos que interrogan y atemorizan a los votantes. Ello gracias a demandas demócratas para proteger el libre derecho a votar sin coacción. Los republicanos acostumbran, sobre todo en la última elección, pedir pruebas de ciudadanía a personas de las minorías que por lo usual votan por el Partido Demócrata, o de solicitar identificación a votantes de color de escasos recursos. El crecimiento en un 35% de nuevos votantes de raza negra inspira un temor justificado entre los seguidores de Bush, que por todos los medios tratan de anular o descalificar a la mayoría de inscritos, mientras que con los latinos se ha hecho una gigantesca campaña para desacreditar a John Kerry, poniendo énfasis en cosas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y otras que son fustigadas por los curas católicos desde el púlpito como representaciones del mal. Nunca antes, la -o las- iglesia(s), la religión, han jugado tan importante papel como hoy para elegir a un presidente de un país que postula en su constitución la separación de iglesia y estado, al mismo tiempo que su mandatario invoca mensajes divinos para invadir países en un gesto digno del medioevo.
Difícil predecir quién será elegido. Me inclino a creer que será Kerry por la masa de nuevos inscritos, el voto joven y el desencanto por la guerra de Irak. Prima la idea que aquel candidato que se muestre más sólido en su "lucha contra el terror" resultará ganador. Sin embargo Bin Laden afirma con su reciente video: aquí estoy y vivo, desmintiendo la pericia bushiana. Todo es posible en un país que se rige más por el azar que por la razón. Todo.
1/11/04

Publicado en Opinión (Cochabamba), noviembre 2004

Imagen: Joel-Peter Witkin/The Raft of George W. Bush, 2006

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