Sunday, November 13, 2011

ENTREVISTA CON CLAUDIO FERRUFINO-COQUEUGNIOT, A PROPÓSITO DE SU GALARDÓN


Diario secreto, Premio Nacional de Novela 2011

Por: Mijail Miranda Zapata | 13/11/2011

Luego de la avalancha de medios que se lanzó sobre él, al conocerse el fallo del jurado del Premio Nacional de Novela Alfaguara 2011, la RAMONA conversó con el reciente ganador del concurso literario con Diario secreto, el escritor cochabambino Claudio Ferrufino-Coqueugniot (51 años).

El jurado del galardón, dotado de Bs 83.300 más la publicación del libro, estuvo integrado por Marcelo Villena, Alba María Paz Soldán, Homero Carvalho, William Camacho y Wilmer Urrelo.

Este último manifestó que la mayoría de los trabajos presentados tuvieron un “bajo nivel” para consolidarse como un premio nacional de novela.

“Es una crítica que habitualmente pasa en los premios, llegan novelas tremendamente mal escritas que no están en nivel para presentarse en un premio”, dijo Urrelo al diario Página Siete, aclarando además que la obra ganadora Diario secreto es sin embargo “muy buena” y que ha dejado de lejos a las otras obras.

Entre las características destacadas en el trabajo ganador, según el jurado están el uso de un lenguaje preciso y el recurso de varias voces narrativas en la novela.

La historia es contada en primera persona y narra la vida de un psicópata, quien habla de matar y de su forma de ver la vida. Además, es un emigrante y en ese interín recuerda sus vivencias en la ciudad de Cochabamba.

Como bien reconoce Ferrufino-Coqueugniot, que desde hace muchos años vive en Estados Unidos, la tecnología ha borrado las fronteras y gracias a ella pudimos contactarnos con él.

-Podrá sonar muy obvio, pero ¿cómo te sientes después de ganar el Concurso Nacional de Novela?
Bien. Siempre pensé en participar y nunca antes lo hice. No puedo quejarme.

-¿Cómo se fue gestando la idea de Diario Secreto?
Por lo general pienso lo que voy a escribir, y voy madurándolo. En el caso de Diario secreto se empezó gestando por un período bastante largo. Luego preparé un esbozo y me dediqué, con método, a poner en papel lo ya procesado. No me ceñí, sin embargo, cien por ciento a la idea original. Creo que hay que dejar espacio a la improvisación. Sale mejor.

-¿Qué inconvenientes surgieron en el proceso creativo?
Inconvenientes de tipo práctico: dificultad con escenas, diálogos, repeticiones, trabajo estético. Y, a veces, de tiempo, cuando escribir la novela se cruzaba con asuntos de trabajo. Nada especial.

-Se supo que te impusiste un cronograma de trabajo, ¿cuánto tiempo demandó la escritura?
No más de dos meses. Había decidido, en mente, un cronograma que fui cumpliendo a cabalidad, con buenos resultados. Eso en la producción en bruto. Pulir, limar, maquillar, lo extra que trae consigo el arte/labor de escribir, fue adicional.

-A lo largo de tu obra se desprende un hábito por la narración de lo "experimentado”, ¿cómo asumes el hecho de entregarte tan abiertamente al lector?
Hemingway decía que no hay que escribir sobre lo que no se sabe. Y aunque eso no es fórmula, tiene mucho de razón. Cuando lees algo que no tiene ningún asidero, ya sea en la experiencia propia del autor o en otras experiencias, estás ante una vulgar práctica onanista, notoria además. Sucede en búsquedas de erotismos, o violencias nacidas únicamente de elucubraciones mentales. Claro que no es dogma; depende mucho del talento del creador. Hay gente capaz de imaginar y hacerlo creíble. Respecto a “entregarse al lector”, pienso que éste sabe cuándo está frente a una obra genuina, en sentimientos, situaciones, lo que fuere. No paso de una página de Isabel Allende si sirve para explicarlo.

-Tu escritura revela un carácter riguroso en el uso del lenguaje que en apariencia demanda cierta disciplina, ¿cuál es la rutina de Claudio Ferrufino-Coqueugniot a la hora de escribir?
Diario secreto ha sido mi primer trabajo con rutina. Con la agitada vida que siempre he llevado, he escrito cuando he podido. Lo dije hace años: escribo cuando puedo. Antes que escritor profesional soy padre, esposo, empleado, hijo, hermano, amigo. En los resquicios he acomodado las palabras.

Tus novelas se han valido de muy buenos comentarios. Sin embargo, sabemos que tienes afición por otros géneros, ¿en qué otras facetas podemos verte?
Me encanta el ensayo: periodístico, filosófico, científico, literario, o sus combinaciones. Me gusta la poesía pero van veinte años que no la leo sino esporádicamente. Periodismo, tanto en su vertiente ortodoxa como en sus variaciones literario-artísticas. Apenas he incursionado en el cuento a pesar de que amo a Babel y a Chejov. Me gustaría hacer cine. Un día. Mis novelas son pensadas como escenarios de cinematógrafo. Nada difícil adaptarlas por la manera en que se escribieron.

-Tus historias siempre están muy ligadas a Bolivia, ¿cómo se genera el vínculo, siendo que te encuentras varios años fuera del país?
El hecho de estar fuera no tendría que romper vínculos. Menos ahora con la tecnología disponible que ha borrado fronteras.

-¿Qué es lo que más extrañas y lo que más te acerca a Cochabamba?
Me acostumbro con gran facilidad a cualquier medio. Considero a Estados Unidos, como lo serían Brasil o España, o etcétera países, también mi casa. Pero Cochabamba, Bolivia, tiene el peso mayor que es el de la infancia. Y la única manera de materializar ese pasado es en el lugar de origen. Los lazos son muy sutiles, y muy profundos.

--Es inevitable hablar de Wilmer Urrelo y sus comentarios respecto a los trabajos presentados al concurso, que provocaron la molestia de varios reconocidos personajes de la literatura nacional. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Lo dije, no creo que ni en Urrelo ni en otros miembros del jurado hubiese otra que buena intención. La palabra continúa siendo muy pesada en el país. Creo que un jurado tiene derecho a hacer observaciones y aconsejar, sin ser hiriente se sobreentiende. Y a cada ciudadano le acoge el suyo de opinar.

-El jurado afirmó categóricamente que el resto de los trabajos presentados al premio “no presentan ni el cuidado necesario en el trabajo del lenguaje ni en la estructuración y utilización de estrategias narrativas ni en la complejidad de mundo”. Como lector, ¿consideras que puede hacerse una generalización de esas magnitudes?
Si fuera así como lo dices claro que no. No tengo una transcripción exacta de lo dicho, pero he leído cosas que se escribieron al respecto que tampoco me parecen adecuadas. Y no es mi interés defender al jurado ni mucho menos, pero -lo he escrito infinidad de veces- a ratos parece que no podemos salir de nosotros mismos, aceptar la crítica. Lo digo como boliviano que soy y me conozco.

¿Ya existe alguna fecha tentativa para la presentación de Diario Secreto en Bolivia?
Tengo que hablar con los editores al respecto.

-¿En qué nuevos proyectos trabajas?
Tengo un ambicioso proyecto en ciernes. En novela. Trabajaré duro en él. Y a pesar de que no me rijo por los resultados espero que salga bien. Hay que ser despiadado en la autocrítica. No queda otra en esta apuesta.

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Publicado en LA RAMONA (Opinión/Cochabamba), 13/11/2011

Imagen: Foto del autor

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