Friday, December 30, 2011

Entrevista para La Ramona (Sergio de la Zerda)


-Diario secreto comienza con un hecho muy violento, que sin embargo es apenas una antesala de las atrocidades que se narrarán a continuación. Tal vez algo cercana a Fantasmas asesinos (Wilmer Urrelo), su obra es mucho muy distinta a las que ganaron el Premio Nacional de Novela. ¿Eligió el tema de la violencia pensando también en plantear una ruptura con la actual literatura boliviana?

Creo que el planteamiento de ruptura con una, o una cierta tradición, es importante. No el fin en sí, pero vale como búsqueda. Hay mucha violencia en la literatura boliviana, sobre todo de tipo social. Pero no se han hecho introspecciones al respecto, algo que al menos intento en Diario secreto.

-Asesinatos, violaciones, torturas y maltrato de humanos y animales conforman buena parte de su novela, misma que -se afirma en contratapa- quiere reflexionar sobre los límites del bien y el mal, de la locura y la cordura. ¿Le ha sido imprescindible contar tales crímenes para lograr su propósito?

Creo que sí. Se presenta un retrato y se quiere dar la peor imagen de él. Implica contravenir las reglas, perturbar, molestar, insultar, provocar, hasta el punto que el personaje sea insoportable y, como tal, de pronto hacerse real, excediendo para el lector los límites de lo que denominamos ficción.

-¿De qué modo pesaron más influencias de la literatura, el cine y el cómic negro antes que disciplinas como la psicología y la psiquiatría para decir desde la perspectiva de un psicópata, y por qué el recurso de no nombrar a su personaje?

El cine y el cómic negro, mucho. Y la literatura universal que explora, de lleno o de soslayo, el asunto del Bien y el Mal, del crimen, cinismo, pasión, sevicia. Desde el Raskolnikov de Dostoievski a El perfume, pasando por Kafka, Meyrink, Nerval, Bataille, José Eustacio Rivera, Scorza, Solzhenitsin, Böll, Amin Maalouf, y tantos otros que tocan el tema en mayor o menor grado. ¿La anonimidad del personaje? A partir de la idea de que todos podemos ser él.

-Un fragmento de muchos otros similares de su libro dice: “(Las mujeres) Eligen al mejor (hombre), por herencia animal, sin rastro de análisis y menos de sentimiento. Este último se manifiesta como si fuese primario, no siéndolo, y allí comienza -si sucumbes- tu declive, hasta quedar como pasto inútil de complicaciones, objeto del manipuleo artero y endemoniado que les legó Satán en el árbol de la higuera”. Desde luego que lo que dicen los personajes literarios puede ser compartido o no por su autor, pero ¿no teme que el Ministerio de Culturas u ONG “feministas” como el IFFI empiecen a hacer cartas exigiendo se le quite el Premio y se le bote del país, sanciones que -sabemos- ya pidió una persona en particular luego de leer su libro?

Se pueden hacer muchas lecturas, y muy diversas. Entre ellas puede caber la que mencionas. No me sorprendería. Los casos de libros que han sido atacados y vilipendiados por el status quo son innúmeros. Baste recordar El concilio de amor, de Oskar Panizza, que derivó finalmente a su autor en un asilo psiquiátrico, quizá su último refugio. No es el caso mío por razones largas de explicar, porque no cuestiona, como lo hacía Panizza, el rol de la iglesia en la sociedad de entonces. En mi libro no se cuestionan instituciones ni el poder. Es un cuestionamiento íntimo, que claro puede despertar sospechas y enojos en ciertos grupos. Pero hay que leer las cosas en contexto.

-En anteriores entrevistas negó que su novela pretenda ilustrar la decadencia de una sociedad. En ese sentido, manifestó que es indiferente que su historia transcurra en Estados Unidos o Bolivia. Pero, ¿profundizar en las disfunciones de un individuo como el personaje de su novela no implica también criticar a la sociedad de la que éste es parte?

Es criticar a la sociedad como tal. Si alguien quiere entenderla como una ilustración de la sociedad capitalista, vale. O de la boliviana, también. Lo que trato en la novela es inherente al ser humano y lo ha sido en todas las épocas y lugares. ¿Qué hacía de Reinhard Heydrich, bestia asesina, un hombre cariñoso con los niños y amante de los animales? ¿Por qué el cochabambino Armando Normand, supuestamente respetado miembro de la sociedad local se convertía en el monstruo del Putumayo? La eterna paradoja de Jekyll y Hyde, del maestro Stevenson.

-El escritor Edmundo Paz Soldán reside en Estados Unidos y, desde ahí y otros países, actuó como una suerte de “padrino” de jóvenes escritores nacionales, a partir también de su éxito personal. En varias de sus notas usted -que igualmente vive en el país del norte- menciona a literatos nacionales como Darwin Pinto y otros. ¿Se siente asimismo como un promotor de otra camada de escritores? ¿De qué línea de escritores?

No me siento ni me creo promotor de nadie. Soy un tipo solitario que aborrece los cenáculos, partidos políticos, sociedades benéficas, y asociaciones de fútbol. Escribo de algo o alguien si me siento impactado por lo que leo, veo, escucho. No creo en las roscas, y pienso que la tradición rosquera de nuestra literatura nos hace mucho mal. Con Darwin, a quien conocí por unos siete minutos hace un año en el aeropuerto de Santa Cruz, me liga una aproximación común a lo literario. Es un gran escritor, con mayor número de libros publicados que yo y a quien mal podría promover. Gracias a la tecnología y las llamadas redes sociales que penetraron mi cueva intacta por treinta años, estoy –felizmente- conociendo autores nuevos y otras perspectivas de la literatura boliviana, escondida aún. Eso me hace feliz, interrelacionarme y aprender, y si algo pueden sacar de mí, bienvenidos.

-El exilio voluntario, su anterior e internacionalmente premiado trabajo, tiene un componente político muy evidente que, a la sazón, podría ser calificado como “de izquierda”. Sin embargo, en sus textos de opinión política, usted se alinea en una postura altamente contestataria a regimenes -por ejemplo el boliviano y el venezolano- que se identifican con tal corriente política. ¿Una cosa es la literatura y otra los textos de opinión?

Soy contestatario de lo que creo fraudulento, no me importa de qué lado. Tan de izquierda es El exilio voluntario que cuando un amigo norteamericano me ofreció trabajar con él como asesor financiero, declinó su oferta luego de leer la novela. Me dijo que era imposible “que un socialista como yo” trabajase en su proyecto, que demostraba en las páginas del Exilio mi posición respecto del capital. No hay contradicción entre ese libro, por ejemplo, y mis textos de opinión. Es falsa y errada la lectura que se hace de estos últimos. Nadie, en el país, fue tan despiadado con el gobierno de George Bush, público y en prensa, como lo fui yo. Las críticas de Evo Morales al “imperio” son flores de tocador al lado de mis diatribas, desde aquí y arriesgando un control, como se me hizo, en plena “guerra contra el terror”. Felizmente todo está archivado y compilado y verá su publicación en libro en un futuro.

-En su discurso de recepción del Premio, ha dado una pista de que en el futuro apuntará a otros certámenes literarios de prestigio internacional. ¿Qué cree que debe hacer un escritor boliviano para ganar reconocimientos internacionales de altísimo vuelo?

Creo en el talento, pero mucho en el trabajo. A veces, para escribir una columna, leo un par de libros, más artículos, más entrevistas, videos, etc. Detrás de la obra concreta se esconde un mundo gigantesco de fundamentos, apoyos, horas, correcciones, borrones, intervalos de años entre una página y otra, lecturas, aprendizajes que van estructurando un trasfondo útil. Mi primera novela, El señor don Rómulo, tiene seis versiones en mi ordenador. Seis novelas que se consolidaron en una. Eso es trabajo. Y lo aconsejo. Y autocrítica. Respecto de los premios, como dije antes, son la manera más sencilla de publicar sin arrebatos. Y en una mísera sociedad editora como la nuestra (ha mejorado mucho), tal vez la única, por ahora, de hacerlo. Me gustaría uno de los premios de gran prestigio. No son imposibles. Soñar no cuesta. Intentarlo sí, pero, de todos modos, si no se gana, ya se tiene otra obra en mano.

PING PONG
Por favor, responda lo primero que se le viene a la mente cuando escucha las palabras:

-Cine:
David Lynch

-Amor:
Juno y Júpiter

-Fútbol:
Pedro Rocha, Norberto Alonso

-Estados Unidos:
Mark Twain

-Bolivia:
claroscura

-Premio futuro:
Herralde

Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Aurora, diciembre 2011

Publicado en La Ramona (Opinión/Cochabamba), 25/12/2011

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