Friday, January 27, 2012

Los diarios del Che joven/MIRANDO DE ARRIBA


Impulsado por la campaña propagandística que tuvo la película de Walter Zalles, Los diarios de motocicleta, compré el libro que contiene el texto original y que lastimosamente lleva a Gael García Bernal, el actor mexicano que personifica al Che, en la cubierta, y no a Ernesto Guevara.

Paradójica la accesibilidad a todo lo guevariano hoy en los Estados Unidos. Se ha convertido en uno de los más vendidos símbolos de la nueva sociedad de consumo. Niños, entre ellos mi hija Alicia, caminan a sus clases con la ya perenne imagen de Korda en sus bolsos y un grande y rojo "hasta la victoria siempre" en el reverso. Cierto que a veces no falta un imbécil que relaciona su figura con la actual campaña (terrorista) antiterrorista del gobierno y que sugiere retirar del mercado el rostro del barbado espectro. Pero la imagen de Che ha calado tan hondo ya que se me hace imposible que pudiesen hacerlo.

Zalles tuvo la visión de rodar una buena película sobre Ernesto Che joven, basado en sus diarios de viaje sudamericanos, sin casi tocar el tema de la lucha antimperialista o de la violencia que le tocó vivir. Logra así una cinta sugerente, de dos jóvenes románticos que se descubren a sí mismos en su contacto con la realidad miserable. Una aventura excitante, unas vidas ejemplares, dignas de imitación. El filme es posterior a la explosión consumista del Che en la sociedad occidental y cae perfectamente dentro de ella, aumentando el fenómeno a niveles insospechados: hay dvds, poleras, mochilas, billeteras, llaveros, gorras, stickers con los ojos y el mensaje del comandante; minifaldas y carteras.

Los diarios en sí son interesantes pero su sentido duerme exclusivamente en la historia que les sigue, la del Che revolucionario. Por sí solos carecen de brillo aunque reflejan momentos o acontecimientos que colaboran a darnos mejor visión de la América de entonces. Un muchacho argentino que se inmersa en la indianidad y mesticidad del continente, desconocidas para él, que encuentra en Cuzco, "el ombligo del mundo", su presencia americana. Venido de una sociedad desarraigada por inmensa inmigración, parece hallar en la anciana capital india su razón continental. La pobreza semeja ser novedad para Guevara y su amigo Granado, aunque la historia de lucha social de su país debiera ser fondo suficiente para desenmascarar la metáfora peronista de opulencia. Un texto ameno plagado de memorias y esperanzas.
28/2/06

Publicado en Opinión (Cochabamba), febrero, 2006

Imagen: Ernesto Guevara y Alberto Granado en viaje

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