Tuesday, April 5, 2016

¿Y la revolución?/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Simón Romero escribe en la primera plana del New York Times sobre la corrupción en Brasil. Se centra en el PT, mal llamado “de los trabajadores” habiendo el asco eliminado cualquier memoria épica adherida a su creación y a su lucha. Eso de trabajadores quedó en el pasado, junto a la basura de los torturados cuerpos de los crédulos. Pobres, si resucitaran, y vieran que el martirio sirvió para que hoy una sarta de cabrones se enriquezca con su sacrificio. Tontos útiles, estupendos cadáveres.

El senador Delcídio do Amaral (petista) posa para el texto en su lujosa residencia. A raíz de sus informes comenzó a colapsar la gran mentira, que también incluye a líderes de la oposición pero cuyo núcleo fuerte está en los trasnochados marxistas en vela alrededor del dinero. Amaral “cantó” para que no le cortasen las alas. Llegó a un acuerdo y ahora desmiente, descubre y atonta a sus viejos correligionarios con detalles de la gigantesca manipulación del dinero y su distribución a manos llenas, Lula incluido, el apóstol de la revolución mundial que ahora amenaza, según cuenta Romero, con convertirse en Nerón y atizar en fuego al país.

El mismo Amaral, “trabajador” desde 2001, que gastó millonadas en el quince de su hija, con 240 botellas de champagne Veuve Clicquot y un vestido de cristales de Givenchy para la agasajada. El autor del artículo pone la fiesta al nivel de los festejos de la nobleza europea.

La tragedia se mece por encima de la cabeza de la vanguardia del proletariado. No es ya el fantasma del comunismo que recorre el mundo, sino el miedo de que se descubran los bajos menesteres de la izquierda brasilera (y el resto) y terminen los nuevos amos en prisión. Da tristeza, mal parafraseo, que un partido que supuestamente nació en defensa de la vida y la clase trabajadora, ha superado con creces cualquier ínfula corrupta de la derecha. Estos, en Brasil, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Argentina, dejaron como infantes de teta a los sombríos Pinochets. Quizá los muertos no se suman como bajo aquellos y se debe a que los difuntos no valen en metálico, no son negocio… a no ser que impidan el negocio.

Pánico es vocablo que se repite en la página y media que ocupa Brasil en el NYT. Los trabajadores han entrado en pánico porque si los descubren tendrán que trabajar; devolver lo robado y dedicarse a construir futuro como lo hacemos todos: a lomo. En términos ideales, claro. Sabemos que no es así.

Mientras tanto en el lado oscuro del continente, el andino, se desarrolla a la par que el escándalo del latrocinio en esferas de gobierno, del narcotráfico tan obvio y tan callado, un novelón de faldas de la peor especie. El pueblo, mordaz e irrespetuoso con los ángeles en caída, crea a diario cuentos, chismes, chistes con amplio material a disposición. En un meme divertidísimo aparecen el presidente Morales (dios-vivo, Dalai Lama local, de dudosa filosofía y peor existencia), en pijamas, Quintana en calzoncillo, y la fámula (Zapata) en camisón. Reza el meme algo como “Doña Flor Zapata y sus dos maridos”. Presidiaria hoy, la bígama, jamás pensó que se descubriría este triángulo fastuoso, no sé si amoroso, entre ella y los dos chivitos cabríos. Lo que construye el poder… Lo que levanta el dinero…

“No renunciaré, a esa paz que tú me das día tras día a cambiar mis penas por tus alegrías y a ese amor que tú me das con garantías”, canta Rocío Jurado. ¿A qué garantías se referirá la Rousseff? ¿A la paz de los billetes? Da vergüenza declararse de izquierda sin activa cuenta bancaria. Los pobres no pueden ser de izquierda, desentonan.
04/04/16

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 05/04/2016







2 comments:

  1. El culebrón plurinacional, que por exigencias del guión ha mutado en un esperpéntico ‘ménage a trois’ se me ocurre que podría pasar a engrosar la borgiana Historia universal de la Infamia, pero con barniz tropical por lo tragicómico del asunto, qué mejor pretexto que el propio poeta Quintana mentando a Borges para impresionar a la doncella, sin duda espoleado por sus desatadas “hormonas amazónicas” . Aunque aquello de los dos “chivitos cabríos”, unicornios como el orinoquense y otros seres cornudos, podría embellecer el bestiario del maestro argentino, por otro lado. No sé cuál de las opciones tendría más sentido, o tal parece las dos caras de un mismo espejo. Saludos.

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    1. Los esperpentos. La Bolivia plurinacional haría las delicias de Goya. Imagino al pintor retratando como ave de mal agüero al cacique. O al Bosco, peor aun, donde aves de rapiña con cola de puerco y armadura de latón andarían pinchando al universo para apoderarse de sus jugos. Respecto al poeta "borgueano", qué decir. Son asnos patéticos, ni siquiera animales de carga. Saludos.

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