Thursday, November 16, 2017

Comentario a una carta abierta de Elena Ferrufino-Coqueugniot

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Bien dicho, Elena. Quizá no sabe este tipo -no tiene por qué adivinarlo pero lo percibe- que a nosotros no nos manda nadie. No somos adjuntos, ni compinches y menos sirvientes de nadie. Por eso nuestro abuelo y nuestro padre se aislaron, porque no pertenecían al mundo de la prebenda y el halago. Mucho tengo yo que contar de lo suyo, lo del afamado rector, y los entreveros de la que alguna vez fue izquierda (dudosa) y hoy es una bola de mañudos con lengua curtida como de gato, adiestrada para labores lambisconas. Que aprendan de la vida, de los que se la ganan sin caricias, con trabajo y no tan tonta honestidad. Que si algo queda al fin es la certeza de saberse uno, intacto, sólido, brazo fuerte, fierro duro y fino, que podemos contemplar nuestra lengua exactamente igual al primer día. No tenemos allí marcas de nalgas ni de rayas, ni de agujeros negros que se tragan todo con la anuencia y la conveniencia del maremoto de inútiles cabrones. Salud.

16/11/17

Enlace al texto original: https://lecoqenfer.blogspot.com/2017/11/de-etica-y-moral.html

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